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RADIO PACHETA

miércoles, 19 de agosto de 2009

PARA LOLITA Y EL PROFESOR

CON ESE RIESGO CÓMPLICE.

Siempre quise acercarme a ella, pero nunca tuve ocasión. ¡ Por Dios, volver a verla!
Y la vi al salir de casa.
Y me quedé ahí parado, mirándola y mirándola y hablando sin parar para seguir viéndola, para que no se alejara.
A su tía, ocho pasos hacia atrás, la miraba de vez en cuando y miraba su juventud perdida y su tristeza por saberlo.
A mi vecina la miré a los ojos y le miré su cuerpo atrapado en un vestido que dibujaba su hermosura. Y mi mirada decía que nadie, NADIE podría extasiarla como yo de amor y sexo si ella me dejara.
Y sí, ella entendió mi mirada y la suya la entendí como jamás lo hice en ninguna mujer. Y ese instante, fue una explosión de júbilo.
La recordé niña y tiré el recuerdo, como el cigarrillo, al suelo y lo aplasté.
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Porque mi edad no importaba, supimos que todavía podíamos amarnos.
Fue entonces, cuando entré en su casa. Claro, yo la seguí hasta la habitación, como los perros siguen a la perra en celo.
La habitación a oscuras. Con el aire acondicionado encendido.
Hasta que me acostumbré a la oscuridad, pasaron algunos segundos.
Ella se tumbó en la cama y se desnudó. Por favor, enciende una luz, la dije. Espera, aún no, acercate, contestó. Sentada en la cama, ella me desnudó y yo allí de pie ante ella, me dejé hacer.
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Cuando advertí un movimiento extraño en la cama y un bulto, la pregunté qué pasa.
Me dijo: antes de ser tuya, tienes que hacértelo con mi tía abuela. Su marido murió hace mucho y venga, antes de que se muera; yo te ayudaré.
¡COJONES! Y se lo hice a la tía abuela que por fin, murió feliz, dando un estertor de placer inmenso.
Con tu tía me niego a hacerlo, ya lo sabes, le dije.
No te he pedido nada mas, ¿no?
Y seguí viéndola y disfrutando del sexo, con ese riesgo cómplice.

sábado, 15 de agosto de 2009

PARA EMMA AMIGA Y MADRE

EL DÍA AHORA HA CAMBIADO

A pesar del día alegre de sol y luz, me siento triste. Infeliz. Aburrido. El calor ahora es como un pesado abrigo que te inunda de sudor.
Y sin visos de futuro más o menos aceptable. Tenemos cuatro pisos y no se vende ni uno. Hace ya dos años que esperamos una sola venta. Y nada.
Un amigo me dijo de vender la casa donde vivimos mis hijos, mi mujer y yo. Pero si no se venden los que tenemos, ¿por qué este si? En fin.
Sabiendo que no me iba a tocar la lotería, fui a ver si hubiéramos tenido suerte. Nada. Tampoco.
Eche una carta al correo que me dio mi mujer para una editorial. Fui a ver a Oscar, pero estaba cerrado.
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Así que me fui hasta Madrid con el coche.
Justo en el momento en que con el dedo subo la música a tope, para ver si me alegra el BOB, un coche con un loco al volante, casi me da un golpe. Y me saca los cuernos el hijo puta, me digo.
Y me digo que no debería golpear al tipo, más arriba, cuando el semáforo nos pare.
Pero el hortera se baja de su coche caro nuevecito y se dirige a mí, gritando insultos.
Nadie cruza el semáforo. La calle está vacía y solo estamos el imbécil y yo, imbécil también, en pleno Agosto a esas horas, en esa calle de lujo de Madrid.
Mi corazón late más deprisa esperando a que llegue y le digo: baja el ritmo;tranquilo,tranquilo.
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Abre la puerta de mi coche para sacarme y sin decir nada, le estampo los nudillos en la mandíbula, en gancho, de abajo arriba con toda el alma. Cae como saco de patatas.
Miro en sus bolsillos y le cojo toda la documentación, el dinero. ¡Cojones! 200 euros en billetes de 50.
Como sigo sin ver ni a dios por la calle, le quito el peluco y el anillo gordo de oro.
Me dirijo a su coche y veo un maletín que no consigo abrir, ahí, bajo el asiento del acompañante.
No hay nada más, salvo los papeles del coche en la guantera, que me llevo.
Subo a mi coche, que había dejado con el motor en marcha y me voy.
Como no tengo antecedentes penales, no tendré problemas. Estoy seguro que el tipo alto, guapete y rubio, si los tiene.
Llego a casa, me tomo una cerveza y abro el maletín con una alcotana.
Termino de escribir la última frase de este escrito:

EL DÍA AHORA HA CAMBIADO.

domingo, 2 de agosto de 2009

ESTO ES PARA PEPE

Si es que me equivoco cuando estoy borracho y eructo sobremanera.
Y a partir de Pepe recuerdo y entonces se lo dedico y ahí va
El amigo Paco, tocayo como yo, me pidió que subiera a la grúa que tenía mi padre en la calle Fray Ceferino Gonzalez, cerca de Ribera de Curtidores.
Paquillo como le llamamos todos era una persona buena y muy folladora. A lo mejor me voy por las ramas porque ahora subo a la grua junto a él y me pedía una llave inglesa el hijoputa.
Pero claro, no mires abajo jamás tocayo, me decía el muy cabrón y lo normal, yo quería ser un hombre entero y debía todo el mundo pensar que el hijo de puta del jefe no tenía miedo
Pero Dios me entro un vahído cuando no le hice caso y el cabrón me agarro la mano y me salvo la vida
Poco tiempo antes, mientras subía a la puta grua para ayudar al Paquillo a arreglarla, vi a un viejo que cerraba una ventana que daba al salón de su casa. Acababa de cerrarla y dentro de su salón, había unas veinte palomas que ansiosas comían trozos de pan.
Ahí se quedaron. El viejo tenía para comer meses.
Lo que no sé es que cómo pudo mantener la casa.
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Paquillo y yo nos hicimos muy amigos a pesar de que yo era el hijoputa del hijo del jefe y él un asalariado.
A mí me sudó la polla. Él es Paquillo al que recuerdo y ya no soy jefe de nadie ni de nada, porque mis hermanos me lo impidieron, a pesar de lo que pasó. Pero eso es otra historia
Salimos a celebrarlo y todo el dinero que tenía me lo gasté con él. Era lo que podía darle en ese momento con ansias de sexo.
Poco antes para no tener que pagar tanto en el club, bebimos en bares.
Si, vimos al viejo y le dijimos lo que vimos
El cacho cabrón contestó:
Las engaño a todas y a todas me las como dandolas cariño.
Si, claro, nos fuimos a follar para rompernos.
PACO, PAQUILLO UN ABRAZO DESDE AQUÍ-ya no soy hijo de nadie-