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RADIO PACHETA

sábado, 30 de mayo de 2009

PARA TODOS

Gracias.
Con los ánimos y abrazos
que aquí recibí de todos
no me siento sorprendido,
sino harto acompañado
y sobre todo, muy querido.
Si la muerte se aleja
y tiempo me deja
enseguida podré disfrutaros
A TODOS
Como a la muerte
no quiero verla,
ahora que tengo un ratito
cantaré con un cuento
a la vida
que queda más cerca
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DE VICTOR HATOROS A ADRIANA, QUE NACERÁ EN AGOSTO O ADRIANO, SI FUERAS VARÓN O A CUALQUIER NIÑO DEL MUNDO MUNDIAL.

El día soleado te cae a plomo y diría que te asfixia de calor. Entonces me refugio bajo la pérgola y me siento ante la mesa para escribirte tu historia, que es la mía, querida Adriana aún no nacida, pero ya sentida, porque estuve con tu madre ayer y te toque sobre su vientre y te dije: ¡HOLA, NIÑA, HOLA!
Y estábamos con tu mama Ester de la Hoz, el maestro Juan Carlos Chirinos, Manuel Cuadrado, Federico Fayerman y un servidor, al que puedes llamar Paco, cuando comiences a hablar.
Y entonces Federico Fayerman dijo que en honor a ti y a todos los niños que nacerán y a los que son niños en general, deberíamos escribir un cuento.
Y es aquí donde comienza el cuento que he hecho yo:
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CUANDO SUENE LA MÚSICA.

Refugiado del calor bajo la pérgola veo el abeto que hay en el jardín. Sobre uno de sus tallos recién verdes nacidos, hay un gorrión y me mira y no me hace caso. Después revolotea y se posa sobre la lona azul de la piscina para beber agua. A su lado hay un mirlo que con su pico naranja, también bebe. Ahora me miran los dos y el mirlo vuela hacia el cielo azulito. El gorrión va a ocultarse entre las intrincadas ramas del abeto.
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El árbol, ese árbol lo compre una navidad en un vivero. Antes de comprarlo lo vi lleno de bolas rojas, azules y blancas. Y lo vi lleno de caramelos en forma de reyes magos, que algún día por la noche puso algún duende de esos nocturnos que no se ven, para decirnos a todos en casa: ¡Ya es navidad!
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Despues de alegrarnos varios años la navidad y de tener en su tiesto varias casas de duendes- que solo ven los niños, por cierto- y a partir de ahora te diré: Adriana, tú fíjate bien y los veras.
Pues el abeto me dijo que quería seguir creciendo y que lo plantara en el jardín, porque los gorriones y los pájaros en general, se asomaban a la ventana para verle y le decían que ya era muy grande para estar dentro de una casa. Y que querían hacer sus nidos en el.
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Y lo planté con las casas de duendes alrededor. Lo duendes se alarmaron un poco al verme, porque decían que ningún humano podría con el árbol, pero el abeto bajó una de sus ramas verdes y les dijo que a partir de ahora, iban a estar mejor al aire libre. No os alarméis, por favor, no os alarméis, oí decir a la rama del abeto.
A partir de ahí, yo hago todos los días como que no veo a los duendes, para que no sientan miedo.
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Y el árbol creció un día sí y otro también y fue entonces cuando puse la jaula de madera para pájaros que se descuidaban un poquito.
El primero que entró fue un gorrión con una cabeza grande y le decía a su novia gorriona: Mira, mira que cacho de casa. Y entonces la señora gorriona entró y dijo: ¡Aquí vamos a vivir!
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Los duendes y todos los demás pájaros del jardín asistieron a la boda y les puse una barra de pan duro para que lo celebraran comiéndolo. Claro que yo asistí, pero de lejos, porque los pájaros y los duendes siempre han tenido miedo de los humanos. Además a muchos no les permiten verlos.
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Y pasó un tiempo y pusieron huevos y de estos huevos nacieron gorrioncitos y el gato Martín que en ese momento tenía hambre pasó a mi lado y me lo dijo. Yo le dije al gato Martín que había comprado comida para Sira, mi gata blanca y para Tigre, mi gato rojo y que no se preocupara de la comida, que yo le iba a dar. Le puse un cuenco lleno de estrellitas carnosas y se lo comió y se puso a mi lado, mientras los gorrioncitos pedían de comer a sus papás.
Fue entonces cuando le dije al gato Martín que parecía entender mis palabras, porque no dejaba de mirarme, como para escucharlas:
¡Ay gato Martín, si pudiera tocar la guitarra para habar con los pájaros!
El gato Martín meneó la cabeza y movió su oreja derecha.
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Ahí fue cuando escuché el timbre de la puerta y abrí. Y entonce llegaron mis hijos, Juanto y Jorge y sus amigos músicos y otros muchos que no lo eran, como yo. Y no te los nombro a todos porque seguro que de alguno me olvidaría, querida Adriana.
Fue entonces cuando ocurrió lo inesperado. Todos se pusieron de acuerdo para tocar sus instrumentos musicales y se hizo la música.
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Y al hacerse la música, se hizo el milagro. Un milagro lleno de sonidos de guitarras, de chelo, de bajos, de batería, de armónicas, de saxofón, de trompetas, de piano, de Susana, mi mujer que cantaba y de voces que cantaban y todos los conejos que había frente a la casa se metieron dentro de ella, porque estaba la puerta abierta y las perdices y todos los pájaros incluidas las urracas y las que siempre vuelan y tienen el nido de barro en la casa y todos los gatos y los perros que se escaparon de sus casas, se pusieron delante de los músicos para escucharla. Y los duendes salieron de sus casas y cantaron con todos los que hacían la música y el abeto bajó sus ramas para oírla mejor. Y los gatos y los perros y los conejos y las perdices y todos los pájaros se hicieron amigos porque maullaban, piaban, ladraban y cantaban para hacer el acompañamiento.
Y esa música era tán extraordinaria que con sus sonidos, aprendí a volar como los pájaros y por fín pude hablar con ellos.
Por ello, querida amiga Adriana, queridos niños, escuchar, oír, sentir, cuando suene la música.

viernes, 15 de mayo de 2009

QUERIDOS AMIGOS

Siento que tengo que apoyar a mi mujer. Su padre, uno de aquellos hombres de los que ya no hay, está en el hospital. Se le ha encontrado un tumor en el cólon.
Realmente es una jodienda y lo próximo que iba a escribir que ya estaba en preparación, se quedara de momento en el libro de balances donde escribo. En el ordenador lo escribo después y antes lo repaso.
Y no hay tiempo, quiero ver a otro de aquellos hombres antes de que se vaya.
ENORMES ABRAZOS A TODOS. Y HASTA PRONTO.

jueves, 14 de mayo de 2009

PUE ESTE PREMIO DE LA IZQUIERDA, ME LO HA DADO WIVITH

QUE HACE UNAS COMIDAS COJONUDAS EN SU BLOG CUCHIFLITOS.
Y NO PUEDO PREMIAR A SOLO CUATRO SINO A TODOS MIS SEGUIDORES Y A MUCHOS QUE ESCRIBEN POR AHÍ COJONUDAMENTE Y ME ACUERDO QUE HE LEIDO.

miércoles, 13 de mayo de 2009

EL IMPORTANTE SE RIE.

Cuando llegamos vino a recibirnos. Nos abrió la valla oxidada de su propiedad. La propiedad:
Quinientas hectáreas de monte olvidado en Sierra Morena.
Mirar al paleto, dijo el importante, recalcando que era analfabeto. El paleto:
Bajito. Moreno. Solo solitario. Casi no sabía hablar con otros hombres y cuando lo hacía era a gritos. Gafas de culo de vaso, atadas por detrás con una goma negra.
Al bajar del todo terreno, se olía el monte de encinas. El importante pasó su brazo por los hombros huesudos del hombre. Yo creo que nadie hizo eso antes. Todos los compañeros de caza, sonreían. Reían ya su confianza con el paleto y cuchicheaban: ya se lo ha llevado al huerto.
Nos invitó a entrar en su casa. La casa:
Una choza de pastor reformada en muros de ladrillo del siete. Al entrar una chimenea hacía de cocina. Junto a la chimenea, un jamon colgando y chorizos y morcillas. Un frigorífico que fue blanco de gas, en una esquina. Unos armarios sobre el frigorífico, que fueron verdes. Una mesa con dos sillas. Un sofá lleno de manchas. Al fondo, alli a la derecha, un cagadero.
El cagadero: un agujero abierto en el suelo, sin papel, claro. Sobre ese agujero un mando de ducha. Un lavabo caído hacia la derecha.
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Alguien comentó al oído: ¡ si es millonario ! ¡ cómo puede vivir así ! ¿Cuanto ganará por la montería ?
Se rieron.
Ese baño. Al lado, una habitación. La habitación:
Una cama deshecha. Zapatos y chirukas, sucios en un rincón. Un armario despanzurrado con las puertas abiertas. Oliendo a sudor.
Toda esa era su casa.
Al entrar los cinco, nos invitó a todo lo que tenía. Abrió un jamón, sacó unos chorizos y comimos y bebimos de vasos de plástico, un vino a granel. Y se quedó sin vino, sin pan, sin aceite, sin chorizo.
Y se rieron de él.
Ahora nos toca a nosotros invitarle, acompañanos, dijo el importante.
El hombre dudó. Volvió a pasarle la mano por la espalda.
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Le subió al coche. Llegamos al club. Las putas que se acercaban, el importante las ponía a su lado y las decía que le dijeran que era guapo e interesante.
Nunca había visto mujeres así, decía. No se quería ir del puticlub y repetía borracho: vaya mujeres y todas están ahí, sin ropa.
El importante le decía que nos teníamos que ir y prometiendole que volvería pronto, por fin pudimos sacarlo del club.
Volvimos a su casa. Allí borracho le acostamos.
El importante le apuntó su movil en el frigorífico.
¿ Veis ? Ahora, cazaremos aquí siempre gratis, dijo riendo el importante, gracias a este imbecil.
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A las dos semanas el importante llamó diciendo que venía a vernos con el paleto.
Cuando llegaron y tras beber unas cervezas, el importante le dijo:
Baila como bailaste en la discoteca, para que te vean estos señores. El paleto sonriendole, bailó.
Y no veas qué risa cuando en la discoteca se puso a bailar, cómo se reían de ti, ¿verdad? y el importante le pasaba la mano por el hombro.
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Un día me llamó el importante y al preguntarle por el hombre, me dijo:
Buah, el gilipollas al salir de un puticlub solo, como no veía practicamente nada, lo atropelló un coche.
¡ Cojones, cómo envidio al paleto la finca que tenía ! Fíjate tú, yo toda mi vida estudiando y mi carrera de Derecho y mis padres y tengo que ser millonario.
¿Quién le heredará la finca ? Preguntó
Al decir eso le colgue el puto telefono y vi el cuerpo de ese hombre despanzurrado en la carretera, junto al importante, que reía.

domingo, 10 de mayo de 2009

DURANTE MI NIÑEZ.PARA ZULLY, QUE TE LO PROMETÍ. MI AMIGA.

Durante mi niñez estaba rodeado de mis padres, mis hermanos y mis tíos. Y yo no me preocupaba por nada. Simplemente era feliz. Y casi todos los días vivía una exageración.
A mi tío José María le llamábamos Chato. Una mula le dio una coz. Mi tío se levantó, dijo me cagoendios y con alpargata a la mula la coz devolvió. Con tan mala hostia que la reventó y la mato en el acto.
A mi tío José María, le vi siendo niño beberse cinco litros de sangre de un guarro que mataban para preparar la matanza. Mientras el guarro chillaba, para ahuyentar el miedo a la muerte, yo miraba cómo esperaba con ansia que cayera toda la sangre a la fuente de barro. La fuente de barro era tan grande y pesada que yo, cuando tuve trece años, no podía levantarla.
En cierta ocasión, fuimos con él a comprar un caballo a un gitano llamado Jesule. Íbamos en distintos coches mi tío Teodulfo, mi padre, mis primos y alguno de mis hermanos.
Mi tío Chato señaló un caballo y Jesule le dijo que ese no se lo podía vender, porque no estaba domado. No importa Jesule, me lo dejas más barato y lo domo yo. Es que es muy peligroso, decía Jesule. Ciertamente el caballo era un cabrón con pintas y resabiao, porque cuando lo traía Jesule de una cuerda muy larga, se ponía de pie, sobre las patas traseras y luego bajaba y lanzaba coces al aire y meneaba la cabeza a los lados y enseñaba los dientes.
Mi tío Chato cogió la cuerda y trajo al caballo poco a poco. Le dio un puñetazo en la frente y el caballo cayó al suelo. Cuando se levantó, se subió a el y agarrándole una oreja, le gritó:
¡ AHORA NO TE MENEES, EH !
En ese instante, el caballo quedó domado.
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Mi tío Teodulfo era su hermano. En la casa que mi padre hizo en el pueblo, nos quedamos él y yo. Mi tía Sila y mi tío Eduardo y mi primo Eduardito, también estaban, pero en su casa que estaba en el mismo terreno, pero al lado. Los demás se fueron a visitar alguien a una finca cercana. Tú hijo ayuda al tío. Sí mama. Nada mas irse, mi tío comenzó a freír sardinas, que mi madre había dejado sobre la mesa de la cocina. La mesa estaba llena de sardinas. Cuando mi tío, vete pasándolas, hijo, se las comía, nada más freírlas, yo me cansé de pasárselas y ¿me puedo ir? Sí, hijo, sí, a ver las vacas de mi tía Sila.
Unos años más tarde, supe que mi padre había comprado un cordero y que lo despiezaron allí mismo, en la finca, para llevárselo a casa. Mi madre y mis tías decían para qué el cordero si con las sardinas y los huevos, hay de sobra. Mi tío Chato y mi padre apostaron a las mujeres que cuando llegaran no habría sardinas.
Perdieron la apuesta. Solo quedó un plato sobre aquella mesa, porque como había tan poquitas, me las comí en un decir Jesús, decía mi tío Teodulfo.
Mi tío Teo, como es natural, también comió cordero. Y entre todos el cordero, se comió entero.
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Mi padre compró un camión Avia para sus trabajos de obra. Por ahí he visto facturas y vi descargar del camión un montón de cajas de vino y guiskis y refrescos y rones.
Cuando se juntaba con ellos, allí en el pueblo, al principio el almacén estaba lleno y antes de irse se quedaba vacío de cajas. No porque el camión se llevara los restos. No. En una semana mi padre y mis tíos, se habían bebido todo.
Nunca los vi borrachos. Alegres sí, borrachos, no.
Recuerdo que una vez se reían comentando que si no llega a aparecer el bucho, qué hambre hubieran pasado. Se lo comieron entre los tres y un amigo; Juan de Mata.
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Entre todos estos hombres pasé yo la niñez, de sorpresa en sorpresa y escuchando nombres de hombres del pasado que ellos, con respeto, pronunciaban.
Aquellos hombres que se fueron de este mundo hace unos años, fueron únicos.
Eran hombres casi salvajes por lo incontenible de su exageración.
Porque para ser exagerados tuvieron que nacer a principios de 1.900. Para ser exagerados, tuvieron que ver dos guerras mundiales.
Para ser exagerados, vivieron el salvajismo de una guerra fratricida. Y sin embargo su nobleza se transparentaba.
Yo tuve la suerte de vivir con uno de ellos. Y tuve la suerte de que muchos de ellos fueron mis tíos. Algunos que aquí no he nombrado, también lo fueron y lo fueron otros muchos que luego conocí.
Por desgracia, la vida es corta y ya no pueden enseñarnos, porque se han ido.
Y por desgracia, los políticos se han olvidado de sus lecciones y de su hombría.
A TODOS ELLOS DESDE AQUÍ UN ABRAZO.

jueves, 7 de mayo de 2009

ALGUIEN PUEDE EXPLICAR

Que pasa. El mes pasado tenía cinco mil y pico visitas, este mes han bajado a mil menos. Joder, las visitas no pueden desaparecer ¿o si? Increible.
Cuando voy a visitaros, no puedo entrar a leeros a muchos de vosotros, a los que sigo.
En boosterblog resulta que el mes pasado iba el primero. Cambia el mes y ni aparezco.
Cuando pincho en vuestra foto desapareceis.
¿HABRÁ ALGÚN PODER POLITICO EN TODO ESTO?
Y lo que tarda este aparato ordenatorio, cojones.

miércoles, 6 de mayo de 2009

MI PRIMO CARLOS, MI RUSO.

Urbanización cerca de Madrid, junto a Cercedilla.
Los mayores de la pandilla, acaban de echar a la pandilla de los de arriba. A cantazos.
La pandilla de abajo son mis primos; hijos de mi tía Lola y mi tío Feliz, mis hermanos y algunos más que viven cercanos a nuestras casas, que no pueden ver a los de arriba.
Yo, me he quedado en el medio de la calle, porque si no subo más, no llego para lanzar piedras.
Los de arriba me acorralan contra la pared de los Pipos, que están con los de abajo. Dicen que me quieren matar. Me meo literalmente cuando me pegan. Miro abajo, pero casi todos los mios se han ido.
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Mi primo Carlos llega corriendo con un palo que no sé de dónde ha cogido. A mi alrededor hay muchos chicos. Mi Carlos enarbola el palo y los tira a todos al suelo.
Ante la espectacular caída de todos ellos, humillados en tierra, él con el palo en posición de ataque grita en un idioma que no conozco.
Todos huyen corriendo.
Cuando me calma, me abraza y me mima y se ríe y me dice que aquí esta tu primo, para defenderte, casi no le entiendo, porque habla muy raro.
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Bajamos y yo me siento en el escalón de granito de la entrada, delante de la puerta blanca y verde, que sirve de respaldo.
Carlos, está ahí, frente a mí, en medio del cruce de las calles de tierra, me guiña un ojo y señala a una mujer espectacular, que sube llevando de la correa a un guepardo de la mano izquierda. A su derecha, una niña empuja un cochecito de bebé de su talla. Dentro lleva un muñeco.
Se acerca a la señora, acaricia al animal y me dice en ese idioma raro: Anda, dale besito a niñita.
Él, mi primo, tiene como dieciseis años o así y se queda hablando con la espectacular mujer.
Mientras yo, acabo de besar a la niña en los labios y me quedo ahogado dentro de sus ojos.
Aquella niña fue mi primer amor.
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Esa noche teníamos sopa y algo más que no recuerdo. No pude cenar. En el plato, veía su rostro y mi pensamiento estaba con la niña, que tenia un muñeco en el carrito.
Mi padre me obligó a cenar.
Durante la cena, mi padre preguntaba por su sobrino. Era con el único que hablaba mientras cenaba. Con mi primo Carlos,mi héroe.
Nadie sabía donde estaba.
Obligó mi padre a su chofer, que se llamaba Julián y a la señora Emilia a ir a buscarle.
Carlos apareció al dia siguiente y solo decía cansado,cansado.
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Mi padre era pariente del padre de Carlos. El padre de Carlos fue un héroe que luchó contra los nazis en Rusia. Era piloto de combate y está mi tio en un libro donde salen todos los héroes de aviación del mundo. En el figura su nombre. Llegó a general en la C.C.P.P., que no es moco de pavo. Tiene mi tío Germán más de diez medallas.
Su nombre es demasiado importante para ponerlo aquí.
Mi padre quiso ir con él a hacerse piloto de aviación, pero mi abuelo no le dejó y cuando mi tío salía del pueblo para irse a Alcantarilla- Murcia-, mi abuelo cogió de la oreja a mi padre para llevarle a casa.
Cuando volvió a España, dice mi primo Carlos, mi padre fue el único que salió a recibirle a él y a su familia, que eran Tamara, Manolo y Carlos. Luego en España, llegaría otro hermano, pero eso es otra historia.
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Mi padre le dijo a Carlos si podía hacer un Sputnik. Sí tío, contestó.
Lo que recuerdo después es que mi Carlos llevaba un cohete que medía más o menos - quizá con el tiempo y la edad, sea todavía mayor, o menor, según se mire- como dos metros y de grosor como 200mm y en aquella España, lo había pintado como si fuese un cohete de la antigua Unión Soviética, donde él habia estudiado en un colegio militar.
Entre un tío mio, que se llamaba Juan y había estado en la legión - fue el primero en darme anestésias contra el dolor para aliviar los terribles dolores de muelas, en forma de pan con vino y un pelin de grifa- y otro tío mio llamado Luis- si, tambien legionario- cogieron una lagartija a la que emborracharon levemente.
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Mi Carlos dijo que esa lagartija iba a ser el astronauta del Sputnik. Cogio una tela y con un hilos los colocó sobre las cuatro patas del animal.
Puso al bicho en una caperuza de cartón. Arriba encima del cohete. Mi primo decía que eso, modulo de mando.
Debajo del artefacto, pero por dentro, distribuyó unas bolitas negras pequeñas y dijo que eso era peligroso y que teníamos que apartarnos todos.
Así nos lo hacían saber una y otra vez mis tíos Juan y Luis, que eran muy grandes y mayores.
Pero siempre estábamos pegados al cohete, por lo menos los más pequeños.
Me aparté cuando recibí un currito de dolor en la cabeza.
Carlos colocó una cuerda larga, que decía que se llamaba mecha. Nos apartó a todos y la encendió.
Un grito de sorpresa salió de todas las gargantas. Subía y subía y no paraba de subir.
A la altura de una casa, dejo de subir el modulo de mando, se desprendió y la lagartija, fue lo que vimos bajar.
Bajaba colgada de la tela, enorme para el bicho. La tela era de una sombrilla vieja de la terraza.
Supe después que eso se llamaba paracaidas.
Los aplausos, la alegría, los abrazos a mi héroe, fueron infinitos. Salvo algún hermano mío, todos le felicitamos.
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Mi primo Carlos tenía y tiene andares chulescos. La edad no le ha perdonado el pelo, pero cuando yo le conocí, tenía el pelo largo, casi por el culo, rubio como el puto Sol y ojos azules.
Mi primo Carlos, puedo asegurar que ha estado con las mujeres más guapas que he visto en mi vida.
Mi primo Carlos es un artista que sabe dibujar en dos segundos lo que nadie puede. Mi primo Carlos me ha llevado en coche a la mayor velocidad que nadie me ha llevado.
Con mi primo Carlos, puedo hablar de lo que con nadie puedo.
Mi primo Carlos es el que siempre ha pensado en mí y casi nunca lo he sabido.
Mi primo Carlos es el mayor y mejor tipo que he conocido nunca y me cagoentostusmuertos. Como te admiro. Como te quiero hijolagranputa. Unos abrazos, primo.

domingo, 3 de mayo de 2009

AQUELLA NOCHE

Terminamos de cenar y abrieron dos tipos el telón. El telón: dos rieles a un lado y a otro.
La señorita Ester, organizadora del acto y pincha discos, llenó el local de música.
Poco tiempo después, aparecieron cuatro ángeles en forma de mujer sobre el escenario.
Mis ojos se engrandecieron al verlas bailar con diferentes vestidos. Bien es cierto que me gustaron más sus cuerpos y sus rostros que los vestidos. No perdía un solo movimiento de sus hermosos cuerpos.
Continuaron así hasta cambiarse cinco o seis veces de vestimenta.
Cuando termino el acto, dijo la señorita Ester que los vestidos vistos se podían contemplar en el escenario.
Nadie salía por miedo al ridículo y como yo soy ridículo salí el primero. Poco después salieron poco a poco los demás a verlos.
Al haber mucha gente en el escenario, volví a mi sitio y le comenté a Juanjo, mientras Maite, su mujer y Susana, la mía, salieron a ver lo expuesto.
Digo que le comente: Los pedos de estas modelos no deben de oler. Juanjo se rio.
La señorita Ester lo oyó y dijo:
La mierda de los modelos que actuarán dentro de poco, tampoco huele, no te jode.
En ese momento llegaron Maite y Susana y les dijo Ester que el proximo pase de modelos, ya vereis.
No se si voy a ir.