Hoy ha venido mi primo Carlos, con su hijo Iván. Hablamos de que seguro que hay algo. Mi primo nos explicó que su padre Germán tenía una costumbre que era girar los dedos gordos de las manos a un lado y a otro, mientras las manos quedaban enlazadas por los otros dedos.
Al morir Germán, mi primo Carlos, observaba a su hijo Iván en la sillita de niño haciendo lo mismo que hacía el abuelo, mientras, corría alarmado por el ruido, para ver como caía y rebotaba escalón por escalón un espejo doblemente atado con cable de acero, desde el ultimo tramo de escalera hasta caer a sus pies.
El espejo no se rompió. Carlos, supo que su padre había muerto.
Mi amado Carlos, me dijo esto, porque antes le comenté: tu padre aún te protege y contesto que él ya lo sabía.
Le pongo un título
Hace 15 años
2 comentarios:
TIENE UN SABOR AGRIDULCE
NO SABIA Q AL NO ROMPER EL ESPEJO SIGNIFICABA MUERTE
AQUI YO LO SE CUANDO LLORA UN PERRO
GRACIAS POR PASARTE POR EL BLOG DE LA LOCURA JAJA BESITOS
*WEBEANDO CON LOCURA*
GRACIAS ADORABLE. ME RECORDASTE ALGO SOBRE LOS PERROS, QUE ESCRIBIRE.
GRACIAS POR PSARTE POR MI HUMILDE BLOG.
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