Como todos los domingos te leo y perdona que no te trate de usted. Pues es tan cercana tu presencia como la tuve de otros genios a los que de usted, no trate.
No quiero decir que usted sea un genio, pues mis cortos estudios no lo pueden ver y ahora esto escribo, porque no puedo escribirle directamente como yo quisiera hacer.
Hoy su columna al alma me ha llegado como otras que al cabo hicieron antes de ayer y en todas las leidas, el sombrero me he quitado ¡cómo no ha de ser!
Pero todas sus historias, ¡voto a brios!, engrandecieron mi ser.
Pues con alguna he llorado, ¡cojones!, bién se puede entender.
Con otras he reido ¡Dios lo sabe bien!
Con otras historias suyas, de la ira me contuve, como ha de ser, pues bien lo dice mi suegro y mi padre lo dijo también.
Solo quiero decirle que jamás he chupado culos así me va de bien, pero los cojones que usted tiene, bien los quisiera tener.
LOORES PARA USTED, PUES HABLANDO ASÍ DE ALGUIEN, SÉ QUIÉN ES USTED.
GRACIAS, MACHOTE.
Le pongo un título
Hace 15 años
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