BALANCE VIII: EL ENCUENTRO

Pensaba realmente que había enamorado a Angelina- ahora Marta-, cuando yo la leía esto y lloraba conmigo y me besaba y bebía mis lágrimas y entonces me di cuenta:
Qué derecho (por otra parte, la palabra y el concepto obsoleto, puesto que ya no existía, porque había educación, pero hablo como el hombre que soy del siglo pasado, a ver si se entiende), tengo yo a decir que he enamorado a alguien. Sobre todo si ese alguien no te lo dice. Así que bluff.
Y lo del enamoramiento, solo ocurre cuando tienes catorce, quince o dieciocho años. A partir de esa edad, no te enamoras, te encoñas; por lo menos eso creo.
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Volví a por mi RPM.
Hoy estaba don Ramón- un amigo de Juanto, mi hijo- el físico del instituto y amigo de la directora, que lleva todo el cotarro, doña Ester.
- Ante todo, quiero decirle que voy a comprar la réplica de Angelina, pero claro, tienen ustedes que hacer que se enamore de mí.
Don Ramón se puso muy nervioso, porque eso no entraba en los planes de negocio y un físico es un físico. Me pasó a doña Ester en la pantalla. Se encontraba en lo que ahora se llama entorno mariano. No por María, sino por marihuana. Lógicamente se le han quitado todos los inconvenientes que tiene el producto para el cerebro y aledaños y mucha gente anclada en el pasado, (cuando estuvo penado por los políticos antiguos y ya por fin, extintos, que lo usaban, pero lo prohibían a los demás, que tiene cojones el asunto), lo prefiere ahora a otros productos, más modernos.
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Le costara bastante más, señor Rolling. Contestó.
No importa, no importa. Solo tiene que hacer que se enamore de mí, nada más y lógicamente que le pongan la virginidad, pero no le borren del cerebro lo que sabe, por Blend, solo que lo use únicamente para mí.
De acuerdo, señor Rolling, déjela en manos de don Ramón y él le explicara la toma de contacto con su RPM.
Don Ramón a continuación, me dijo: No tendrá ningún problema; al menor defecto, solo tiene que darle a este pequeño botoncito, por otra parte, casi inexistente, en la coronilla, bajo el pelo sedoso y natural. De esta manera, se encenderá un dispositivo que inmediatamente, nos lo hará saber.
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Puri, que así se llamaba mi RPM, e incluso a bauticé yo mismo, me cogió del brazo con mucho cariño. Extendí un cheque considerable y salimos, mientras miraba las piernas de Marta, que esperaba en la antesala.
La casualidad o el destino, hizo que me encontrara con la mujer que no había visto desde hacía dieciséis años, frente a frente.
De repente me dí cuenta de todo lo que olvide detrás. Sentí nostalgia de nuestro pasado, de todo lo vivido antes de que llegara Sucks. De lo maravillosa que fue nuestra vida hasta que me fui.
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Puri se quedó de piedra, al hacer mi persona el ídem y yo, no dejaba de mirar a la mujer con la que me casé ni a su RPH. Ni él dejaba de mirarnos. Ni ella tampoco.
Salude a Susana maravillado. Era como si la volviera a ver cuando ella tenía dieciséis años.
Al principio no lo acepto, ni tampoco Puri ni el RPH.
Pero recordando viejos tiempos y preguntando por sus padres y de cómo le había ido en la Tierra, hablamos animadamente y complacidos, nos mirábamos a los ojos.
Susana y yo, comprendimos.
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Volvimos a casa donde estaban tocando los amigos de Jorge y los amigos de Juanto, improvisando algo maravilloso. Nos bebimos unas botellas de vino con los chicos y nos fuimos a comprar una casa cerca de la que habíamos hecho antes de irme, para estar cerca de ellos y hacerles paellas de vez en cuando.
Le conté a Susana, por si acaso, que tenía una répica de Angelina que tenía que recoger y me dijo muy graciosa: para qué tantas, si no vas a poder. Con los adelantos que hay ahora.¡ Ay Susana, por Blend!, contesté.
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¡Ah, el RPH de Susana, era guapo el hijoputa. Después de verlo en acción, vi algo que me llenó de orgullo. Su pene, era como el mio cuando era joven; vale, quizá un poco más grande, no nos engañemos. Bastante más, dice un lado del cerebro. Mañana, me lo pongo más grande y más gordo, joder. Así no hay discusión, aparte de que se lo pienso medir, en cuanto termine de escribir esto.
Y me dí cuenta, también, que el sexo de Puri, era como el de mi mujer cuando la conocí. Casualidades de esta vida, que todavía hay en este mundo, que por fin se ha creado.
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¡Otra cosa, haremos una boda conjunta! Nos casamos los cinco. Están invitados hijos mios. Estáis invitados, amigos de mis hijos todos. Amigos mios. Y familia de Susana.
¡ TOCAR VUESTRAS CANCIONES!
Sucks, ven tú solo, majete, porque ya no hay vino en España para todos los borrachos de tu planeta. Aunque estéis intentando plantar allí nuevas cepas de Ribera, no saldrán igual, que ya os lo he dicho. En el nuevo planeta, vale, pero en el tuyo, no, CABEZÓN.